Los beneficios de tener reuniones al aire libre son numerosos, simplemente porque el cerebro humano en la naturaleza, especialmente combinado con la actividad física, es más receptivo y capaz de abordar las cosas de formas nuevas y creativas.
Además, es más probable que los participantes de la reunión contribuyan con ideas y se expresen de una manera más auténtica, sin distraerse de la tecnología que suele rodear una reunión en la oficina.
Los insumos se almacenan mejor, como ha documentado, por ejemplo, la Universidad de Michigan, tanto en climas cálidos como fríos, y la energía es mayor, ya que las endorfinas fluyen mejor cuando están activas en la naturaleza, como se describe en el Journal of Environmental Psychology.
Entonces, para ponerlo bastante simple. Si desea que el resultado de una reunión sea el mejor, que sea mágico, debe salir.